La preparación del suelo se realiza para evitar que se formen capas duras que van a limitar el movimiento del agua y aire a través de este, lo que va a favorecer el crecimiento normal de las raíces, además, incorpora restos de plantas de la anterior cosecha y abonos que van a reactivar la actividad de los organismos contribuyendo a mantener la fertilidad natural del suelo.
Los pasos que se van a realizar para la preparación dependen del tipo de planta que estuvo sembrada anteriormente y el periodo de descanso que tuvo el suelo, de modo que la preparación será más fácil cuando las plantas anteriores sean suculentas (mayor cantidad de agua en sus tejidos, como lechugas, coles, etc.) lo que permitirá un fácil picado o trozado; y menor sea el periodo de descanso del suelo, debido a que la tierra estará más suelta (sin la presencia de terrones o champas). Éstos pasos son:
a) Parcelado.- Consiste en la demarcación del área total de la parcela, la cual va a ser el lugar donde se van a cultivar las plantas, en este proceso se van a marcar también los caminos que van a ser espacios libres de tránsito para realizar las labores de manejo. Se realiza con pitas y estacas ó con cal de obra según la disponibilidad. El área de las parcelas es variable, pero en general el ancho debe medir entre 1.0 y 1.20 m., lo cual va a poder facilitar tener acceso a todas las plantas sin tener la necesidad de estar pisando dentro de la parcela lo que va a endurecer el suelo.
b) Limpieza.- Se realiza sólo en caso de ser la primera vez que se va a sembrar en ésta área; se van a retirar todos los materiales que no pueden descomponerse con facilidad como papeles, vidrios, piedras grandes, etc.
c) Riego de Machaco.- También se realiza en caso de ser la primera vez que se va a sembrar en ésta área; el riego de machaco consiste en un riego pesado o prolongado (inundación) que permite que el suelo duro pueda absorber el agua a través de las capas duras y de este modo pueda ponerse más suave para poder prepararlo con las herramientas. Además también se utiliza para ahogar larvas y pupas (estadíos inmaduros de insectos plaga) y permite la germinación de malas hierbas, las cuales serán incorporadas al suelo durante la preparación.
Después del riego de machaco se debe esperar algunos días (2 – 4, dependiendo del suelo y clima) hasta que el suelo se seque un poco hasta un nivel en el que las herramientas puedan penetrarlo y desmenuzarlo con facilidad sin que esto produzca barro ni bloques de tierra (terrones).
d) Roturación del suelo.- Se realiza con las herramientas, inicialmente con el azadón (parte posterior del pico) y posteriormente con el rastrillo y/o pala; el objetivo es el desmenuzado del suelo, es decir que al final de este proceso la tierra debe de estar en forma de “polvo grueso”, lo que va a favorecer el desarrollo de las raíces y la absorción de nutrientes y agua. La profundidad de preparación varía según el tipo de planta a sembrar, en general para las hortalizas de rápido crecimiento vasta con 20 – 30 cm., para papa de 80 – 100 cm., etc.
e) Abonamiento.- Se realiza para poder activar los procesos biológicos de los microorganismos del suelo (que van a favorecer el desarrollo de la planta) y proveer de nutrientes a las plantas. Se puede realizar con compost, humus de lombriz, etc. Las cantidades varían entre 1 – 2 kg por cada m2 de suelo, por ejemplo si nuestra parcela mide 2 m. de largo por 1 m. de ancho, entonces su área es de 2 m2 y la cantidad de abono a aplicar se encuentra entre 2 y 4 Kg. El abonado se realiza esparciendo de manera uniforme el abono sobre el suelo, después con ayuda de un rastrillo o con las manos se realiza la mezcla con el suelo de modo que toda el área debe de tener la misma proporción de abono / suelo.
f) Nivelación.- Se realiza para que toda el área de la parcela se encuentre al mismo nivel, de modo que durante el riego el agua se distribuya de forma uniforme; la nivelación se realiza con la parte posterior del rastrillo o con una tabla, siempre cuidando de no compactar o endurecer el suelo.
g) Surcado.- Se realiza con el objetivo de marcar ordenadamente las líneas donde se van a depositar las semillas de modo que se puedan facilitar las labores de manejo como riego, deshierbo, desahíje, etc. Se puede realizar con un rastrillo ó con un palo grueso, haciendo líneas que se van a profundizar a través de varias pasadas, durante este proceso se debe cuidar que todo el surco (tanto la parte superior como inferior) se encuentre nivelado; la distancia entre líneas o surcos debe encontrarse entre 20 – 30 cm. según el tamaño de las plantas que se van a sembrar.
Después de realizados todos estos pasos el área de la parcela estará lista para poder realizar la siembra.
Los pasos que se van a realizar para la preparación dependen del tipo de planta que estuvo sembrada anteriormente y el periodo de descanso que tuvo el suelo, de modo que la preparación será más fácil cuando las plantas anteriores sean suculentas (mayor cantidad de agua en sus tejidos, como lechugas, coles, etc.) lo que permitirá un fácil picado o trozado; y menor sea el periodo de descanso del suelo, debido a que la tierra estará más suelta (sin la presencia de terrones o champas). Éstos pasos son:
a) Parcelado.- Consiste en la demarcación del área total de la parcela, la cual va a ser el lugar donde se van a cultivar las plantas, en este proceso se van a marcar también los caminos que van a ser espacios libres de tránsito para realizar las labores de manejo. Se realiza con pitas y estacas ó con cal de obra según la disponibilidad. El área de las parcelas es variable, pero en general el ancho debe medir entre 1.0 y 1.20 m., lo cual va a poder facilitar tener acceso a todas las plantas sin tener la necesidad de estar pisando dentro de la parcela lo que va a endurecer el suelo.
b) Limpieza.- Se realiza sólo en caso de ser la primera vez que se va a sembrar en ésta área; se van a retirar todos los materiales que no pueden descomponerse con facilidad como papeles, vidrios, piedras grandes, etc.
c) Riego de Machaco.- También se realiza en caso de ser la primera vez que se va a sembrar en ésta área; el riego de machaco consiste en un riego pesado o prolongado (inundación) que permite que el suelo duro pueda absorber el agua a través de las capas duras y de este modo pueda ponerse más suave para poder prepararlo con las herramientas. Además también se utiliza para ahogar larvas y pupas (estadíos inmaduros de insectos plaga) y permite la germinación de malas hierbas, las cuales serán incorporadas al suelo durante la preparación.
Después del riego de machaco se debe esperar algunos días (2 – 4, dependiendo del suelo y clima) hasta que el suelo se seque un poco hasta un nivel en el que las herramientas puedan penetrarlo y desmenuzarlo con facilidad sin que esto produzca barro ni bloques de tierra (terrones).
d) Roturación del suelo.- Se realiza con las herramientas, inicialmente con el azadón (parte posterior del pico) y posteriormente con el rastrillo y/o pala; el objetivo es el desmenuzado del suelo, es decir que al final de este proceso la tierra debe de estar en forma de “polvo grueso”, lo que va a favorecer el desarrollo de las raíces y la absorción de nutrientes y agua. La profundidad de preparación varía según el tipo de planta a sembrar, en general para las hortalizas de rápido crecimiento vasta con 20 – 30 cm., para papa de 80 – 100 cm., etc.
e) Abonamiento.- Se realiza para poder activar los procesos biológicos de los microorganismos del suelo (que van a favorecer el desarrollo de la planta) y proveer de nutrientes a las plantas. Se puede realizar con compost, humus de lombriz, etc. Las cantidades varían entre 1 – 2 kg por cada m2 de suelo, por ejemplo si nuestra parcela mide 2 m. de largo por 1 m. de ancho, entonces su área es de 2 m2 y la cantidad de abono a aplicar se encuentra entre 2 y 4 Kg. El abonado se realiza esparciendo de manera uniforme el abono sobre el suelo, después con ayuda de un rastrillo o con las manos se realiza la mezcla con el suelo de modo que toda el área debe de tener la misma proporción de abono / suelo.
f) Nivelación.- Se realiza para que toda el área de la parcela se encuentre al mismo nivel, de modo que durante el riego el agua se distribuya de forma uniforme; la nivelación se realiza con la parte posterior del rastrillo o con una tabla, siempre cuidando de no compactar o endurecer el suelo.
g) Surcado.- Se realiza con el objetivo de marcar ordenadamente las líneas donde se van a depositar las semillas de modo que se puedan facilitar las labores de manejo como riego, deshierbo, desahíje, etc. Se puede realizar con un rastrillo ó con un palo grueso, haciendo líneas que se van a profundizar a través de varias pasadas, durante este proceso se debe cuidar que todo el surco (tanto la parte superior como inferior) se encuentre nivelado; la distancia entre líneas o surcos debe encontrarse entre 20 – 30 cm. según el tamaño de las plantas que se van a sembrar.
Después de realizados todos estos pasos el área de la parcela estará lista para poder realizar la siembra.
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