El agua es el elemento vital para que pueda existir vida en este planeta, pues de ella dependen todos los seres vivos, por tal motivo debemos de cuidarla evitando gastar más de lo necesario y eso incluye el utilizar el agua potable para el riego de biohuertos y áreas verdes, esta, como se puede notar, es una de las dificultades que se encuentran al momento de instalar un biohuerto urbano sobretodo en las ciudades de la costa peruana que se caracterizan por la ausencia de lluvias propias del clima sub-tropical árido. En las ciudades de la sierra y la selva no hay mucho problema pues se puede aprovechar el periodo de lluvias para realizar una agricultura urbana de secano (riego con agua de lluvias). Ahora bien, si tenemos en cuenta que la mayor parte de la población peruana vive en las ciudades de la costa resulta más apremiante el desarrollo de la agricultura urbana en esa zona pues va a existir una mayor demanda de productos vegetales y porque se va a contribuir a mejorar la alimentación con productos recién cosechados con mayor valor nutricional.
¿Cómo aprovechamos la poca agua potable que disponemos para regar las plantas del biohuerto?
Si queremos aprovechar el agua para regar el biohuerto podemos usar algunas técnicas de conservación de este elemento como:
- En la preparación del suelo se debe aplicar materia orgánica como estiércol, compost o humus de lombriz, pues al mezclarse con la tierra le permite retener mayor cantidad de agua para las raíces.
- Planificar la fecha siembra de modo que el periodo de germinación y crecimiento inicial del cultivo no coincida con los meses de verano, pues en este tiempo es cuando el suelo al no tener mucha cobertura permite una evaporación más rápida del agua.
- Uso de coberturas vegetales sobre el suelo, para evitar la rápida evaporación del agua, en este caso se puede utilizar paja, aserrín, viruta de madera, restos de ramas y hojas de árboles como molle, sauce, etc.
Uso de coberturas vegetales
- Si el biohuerto se va a instalar en áreas libres o azoteas se debe cubrir todos los lados con mallas cortaviento, que pueden ser costales, telas en desuso, mallas o cualquier otro material que reduzca la fuerza del aire pues este facilita la rápida evaporación del agua. La altura de estas mallas rompevientos depende del tamaño del cultivo pero por lo general miden de 1 – 1.5 m. para el caso de hortalizas. En el caso de biohuertos ubicados dentro de jardines no habría problemas pues están rodeados de construcciones o muros.
- Los riegos semanales (una vez a la semana) pero de mayor duración resultarán más efectivos que riegos frecuentes (dejando un día) y de menor duración; este manejo será útil siempre y cuando se realice después de haber cumplido alguno de los consejos anteriores.
- Se debe evitar el riego por inundación de toda la parcela, en su lugar se puede utilizar el riego por surcos o por goteo, sin embargo esta última requiere de un mayor presupuesto para un área pequeña a menos que sea con materiales en desuso y estuviera cerca de una toma de agua con presión.
Riego a través de surcos de 25 cm de separación
- Se debe utilizar el agua que se destina a la preparación de los alimentos, pues en todo el proceso de cocinar se requiere lavar los vegetales, al arroz, etc. El agua que sobra es apta para el riego pues no posee contaminante alguno.
- Se deben cultivar especies de crecimiento rápido, de modo que no demanden mayor cantidad de riegos como rabanito, espinaca, lechugas, betarragas, etc.
Estos son solo algunos consejos, sin embargo existen muchos mas los cuales podrán ser descubiertos a través de la práctica y aprendizaje continuo.
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