Es la pregunta que solemos hacernos cuando después de preparar la tierra y sembrar notamos que al regar la tierra no absorbe el agua, esto se puede demostrar cuando luego de hacer un pequeño agujero en la tierra observamos que la profundidad a la que llegó el agua es menor de 0.5 cm. es decir casi nada; lo peor sucede cuando algunos horticultores que recién empiezan en esta actividad no se dan cuenta de este problema, por lo que no van a emerger las plantas porque al no realizarse un buen riego las semillas no absorben agua y por ello no germinan, al final el horticultor se desanima de continuar al sentir que no es bueno para esta actividad.
Este problema es consecuencia de elevados niveles de sales de sodio en los suelos como bicarbonatos y carbonatos que destruyen la estructura del suelo ocasionando que el agua no infiltre, desaparezca la absorción de nutrientes y se altere el normal crecimiento de las plantas. Entre las formas caseras de remediar este problema destaca la incorporación de yeso (sulfato de calcio) al suelo en cantidades de 0.5 – 1 Kg. por m2 aproximadamente, se mezcla uniformemente con la tierra alrededor de 30 cm. de profundidad y se riega abundantemente para que se produzca el intercambio de los iones sódicos que serán removidos por el calcio con el riego, sin embargo, para eliminar todo el sodio dañino se necesitará realizar estas labores cada vez que se siembre durante varios años.
Como su recuperación puede demorar un largo tiempo, hay algunas labores sencillas que pueden minimizar sus efectos, sin embargo, van a requerir el uso de grandes volúmenes de agua, alrededor de dos veces más que si el suelo no tuviera este problema. Estas labores son:
- A la preparación del suelo se debe abonar con abundante materia orgánica (estiércol, compost o humus de lombriz), estos abonos retienen la humedad del suelo, por lo tanto permiten mantener el suelo húmedo paras que las raíces de las plantas puedan absorber agua.
- A la preparación del suelo se puede incorporar musgo cernido en cantidades entre 5 – 7 kg. por m2, y se debe mezclar uniformemente, este sustrato también permite retener la humedad del suelo y ayuda en parte a la absorción del agua.
- Después de preparado el suelo se deben hacer surcos profundos y se debe inundarlos, se debe esperar unos minutos hasta que el agua se seque y se debe volver a inundar; todo este procedimiento se debe realizar hasta tres veces para garantizar que la tierra va a absorber el agua. Al finalizar se puede hacer un agujero y se va a comprobar que la tierra está húmeda.
- Para la siembra, será necesario que se haya realizado el paso anterior, solo así tendremos la seguridad de que la tierra está húmeda; al sembrar se debe hacer un pequeño agujero en el fondo del surco, se deposita la semilla y se tapa; luego se rocía agua con un rociador para sellar el suelo (evitar que queden grietas, que van a ocasionar que se pierda humedad). Cabe destacar que como las plantas van a crecer en el fondo del surco y como los riegos van a ser abundantes se debe evitar utilizar semillas de especies sensibles a las pudriciones como espinaca, betarraga, ají, zapallos, etc.
Siembra de rabanito al fondo del surco
- Lo más recomendable para la siembra en estos suelos es realizar trasplantes pues se va a tener la seguridad de colocar las raíces en las zonas húmedas de suelo, el proceso se inicia después del riego inicial indicado anteriormente, los trasplantes se van a colocar en la parte lateral-inferior del surco teniendo cuidado de que las raíces se encuentren bajo la tierra de la parte inferior del surco, de modo que al inundar los surcos las raíces tengan fácil acceso al agua. Al igual que con la siembra se debe evitar usar especies sensibles a la pudrición, en este caso se restringe solo el uso de ajíes, zapallos y calabazas.
Trasplante en suelos con problemas de absorción de agua
- Los riegos deben realizarse en épocas calurosas hasta tres veces por semana y en invierno solo una; el método del riego se debe realizar inundando el fondo del surco, luego se espera hasta que el agua se seque y se vuelve a inundar, al igual que antes de la siembra se debe repetir estos pasos hasta tres veces para tener la seguridad que la tierra va a absorber el agua.
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