El riego es una de las labores de manejo del cultivo más esenciales en lugares en donde la lluvia es escasa o nula como la costa peruana por ejemplo, gracias al riego se provee de agua a la planta para que pueda continuar con su desarrollo y crecimiento sin ningún problema, además el riego le permite a las plantas:
- Absorver los nutrientes del suelo a través de las raíces.
- Movilizar los nutrientes hacia las hojas para la elaboración de sustancias alimenticias.
- Permite el desarrollo de la fotosíntesis pues provee de energía (electrones) para este proceso.
- Facilita el transporte de sustancias alimenticias a todas las partes de la planta (hojas, flores, frutos, etc.)
Por ello es necesario proveer siempre de agua a nuestras plantas, más aún si se cultiva hortalizas pues requieren abundante agua durante todo su periodo de vida para tener ese sabor y consistencia agradable.
Una de las interrogantes de todas las personas que se inician en la agricultura es sobre la forma adecuada de realizar el riego, que equipo se va a necesitar para su correcto desarrollo. Al inventarse la agricultura, hace algunos miles de años, el hombre ha utilizado las fuentes naturales de agua (ríos, lagos, lagunas, etc.) para abastecerse de este insumo y distribuirlo a todo su campo a través del uso de surcos donde con ayuda de paja, sacos o tablas reguló la fuerza del agua para no dañar las plantas, esta técnica fue llamada riego por gravedad. Con el correr de los años se mejoró el riego pues se aprendió tanto a canalizar el agua a través de tuberías, como a crear fuerzas mecánicas o eléctricas de presión para que este elemento pueda distribuirse por el aire como si fuera lluvia o a través de gotas continuas cerca de la base del tallo, lo que fue denominado riego de precisión pues permite dosificar la cantidad de agua que necesita determinada planta y así evitar un gasto innecesario. La desventaja de esta última es que se requiere de una gran inversión económica para su instalación.
En un biohuerto casero no es necesaria una gran inversión para poder regar adecuadamente las plantas, para ello se pueden utilizar utensilios que van a ayudar a disminuir la fuerza del agua y permitir una mejor distribución de esta.
En primer lugar se necesita una fuente de agua con presión, la más común es un caño o grifo de agua potable, en caso de no poseer uno se puede utilizar agua de un río, laguna, etc. pero que tenga presión, es decir debe de estar en lugares altos al campo de cultivo. La presión nos va a servir para que el agua pueda salir con fuerza y así distribuirla a todos los rincones del biohuerto.
En segundo lugar si se va a regar por gravedad en surcos se debe utilizar una manguera y un regulador de caudal que puede ser una botella de plástico con agujeros pequeños en la base que permitan disminuir la fuerza de salida del agua, se puede cerrar el caño a la mitad para que el agua salga despacio o se puede colocar a la salida del agua sobre la tierra un pequeño pedazo de madera o bolsa para evitar que la tierra se desmorone en ese lugar por la fuerza del agua. Si se va a regar por aspersión (simulando la lluvia) se puede utilizar varios dispositivos como regaderas conectadas a la manguera o botellas de plástico con orificios pequeños en la parte lateral, mientras mayor presión tenga el agua mayor será el área de riego de estos dispositivos.
Si se va a regar macetas se puede utilizar botellas grandes de plástico donde la tapa ha sido perforada por un alfiler caliente varias veces y presenta entre 15 – 20 agujeros; esto va ser una regadera casera que evitará dañar las hojas cuando se riegue.
Riego por regadera (ducha) conectada a una manguera
Para poder realizar un buen riego en el biohuerto se debe recordar que si se utiliza directamente la fuerza con la que sale el agua del caño se puede dañar las plantas (quebrar los tallos y hojas o desprender las flores y frutos) además de producir barro y desmoronar la tierra borrando los surcos; por ello se debe cambiar este chorro fuerte de agua por muchos chorros pequeños de menor fuerza (como una ducha) solo así se evitarán problemas. Esto se debe tomar en cuenta principalmente en los primeros días del cultivo cuando las plantas pequeñas son más delicadas. Por ello se debe evitar el uso de baldes llenos vaciados sobre las plantas o regar con manguera tapando la salida del agua con el dedo porque van a lastimar a las plantas.
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